6 de noviembre de 2008

Guía para ampliar el Capital Mental


Excelente artículo aparecido en el diario español ABC (Nov. 2008):

Por Emili J. Blanco.

"En tiempos de crisis económica, la receta para el bienestar general pasa más que nunca por potenciar la riqueza mental de las naciones. Un informe elaborado por más de 450 expertos de 16 países concluye que «los estados deben aprender cómo capitalizar los recursos cognitivos de los ciudadanos si quieren prosperar tanto económica como socialmente».
Entre las recomentaciones están una temprana intervención para detectar problemas de aprendizaje en los niños, que de no ser corregidos pueden tener mayores consecuencias a lo largo de sus vidas; la vital importancia de apartar las drogas de los adolescentes porque esas sustancias afectan a su desarrollo mental, y la conveniencia de que los Gobiernos hagan posible la continuidad laboral de aquellas personas en edad de jubilación que deseen seguir trabajando.
El informe, titulado «Proyecto de previsión sobre capital mental y bienestar» y presentado en la revista «Nature», está coordinado por John Beddington, el principal asesor científico del Gobierno británico. Aunque gran parte de su redacción tiene en cuenta ejemplos del Reino Unido, las consideraciones son de aplicación internacional.
Recursos cognitivos
Por capital mental, el informe entiende «tanto los recursos emocionales como los cognitivos: la habilidad cognitiva, la flexibilidad y eficacia en el aprendizaje, la inteligencia emocional, las habilidades sociales, la fortaleza ante el estrés». El otro baremo al que atiende es el bienestar mental, que es «un estado dinámico referido a la habilidad de los individuos para desarrollar su potencial, trabajar productivamente y de manera creativa, construir sólidas y positivas relaciones con otros y contribuir a la sociedad».
La ciencia demuestra, según el equipo coordinado por Beddington, que si en la infancia no se tratan pequeñas deficiencias sensoriales las consecuencias pueden ser mayores más adelante. Unos pequeños problemas en el sistema auditivo, por ejemplo, pueden llevar a desarrollar dislexia, lo que puede llegar a tener efectos negativos en la vida de una persona. Además, debido a las características de la actividad cerebral, un problema en una determinada área sensorial puede afectar al desarrollo de otras. Y si ese problema es fácil de identificar cuando aparece en la infancia, las derivaciones posteriores complican hallar el foco original y plantear un remedio eficaz.
«Los problemas cognitivos experimentados por un niño con dificultades en el aprendizaje pueden llevarle a una baja autoestima o a la frustración por los peores resultados escolares y a una pérdida de la motivación. Si el problema es identificado más tarde, a menudo es más difícil que el individuo se dé cuenta del completo potencial de su capital mental», señala el estudio.
Resistencia al estrés
Un aprendizaje temprano en los niños, por otra parte, aumenta su resistencia al estrés y a desórdenes mentales comunes. Más adelante en la vida, esa fortaleza ayuda a mantener un binestar mental en el trabajo y en la vejez.
Durante la adolescencia el cerebro sufre significativos cambios estructurales y funcionales, por lo que en esa etapa la atención al desarrollo mental es de extrema importancia. Los adolescentes experimentan grandes ajustes emocionales, hormonales y de conducta y un daño en ese desarrollo puede tener consecuencias a largo término. El uso de drogas afecta directamente, ya en ese estadio, al aprendizaje y la atención, según destacan los expertos.
Cuando se va entrando en la tercera edad, «el aprendizaje debería ser promovido y activamente potenciado, por cuanto puede proteger contra el declive cognitivo». El informe considera importante que las tecnologías de la información, como el uso de internet, mensajes de móvil y pantallas de ordenador, puedan contribuir a que la población supere los problemas de memoria. También invita a los Gobiernos a prolongar la vida laboral de los trabajadores si así lo desean.
Como futuras investigaciones multidisciplinares se apunta la necesidad de explorar las bases neurocientíficas que subyacen en la relación existente entre desórdenes mentales y paternidad o maternidad en solitario.
El informe advierte como conclusión que la inacción por parte de los Gobiernos para procurar un entorno que aporte influencias positivas al desarrollo del capital mental y del bienestar, y que evite las influencias negativas en cada fase de la vida de una persona, podría tener «graves consecuencias».

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