30 de diciembre de 2009

Búsquedas en la Red + ¿Twitter?

A propósito de los últimos posteos relacionados con Gestión del Conocimiento, les dejo un video interesante sobre cómo hacer las búsquedas de internet más eficientes. También agrego otro acerca de Twitter.



23 de diciembre de 2009

Networking: Abrir Posibilidades parte II


Este simple modelo de networking es igualmente replicable en un contexto de postulación a puestos de trabajo, búsqueda de oportunidades de negocios o de un business angel. De acuerdo a una clasificación tradicional, podríamos decir que se adapta a los tres tipos de networking que la literatura ha definido: operacional, personal y estratégico.

Por supuesto que aquí, uno de los elementos centrales se relaciona con el concepto de “redes” y la manera en la que cada persona se conecta con otras unidas por intereses en común. El auge de las tecnologías sociales ofrece un contexto inmejorable y abundante en herramientas que facilitan el establecimiento de redes con distintos fines (conseguir trabajo, compartir información, hacer negocios, etc.)

Mientras mayores y más robustas sean las redes que construya una persona, mayores los beneficios que obtendrá de su red de contactos. Facebook, Linkedin, Twitter, blogs, foros, etc. son ejemplos paradigmáticos de esto. Aprender a usar estas herramientas es una forma concreta de optimizar nuestras capacidades de networking, creando nuevos canales de comunicación y abriendo nuevas posibilidades de acción.

Finalmente, el tema del networking cobra cada vez más vigencia en el mundo del management y afortunadamente existe abundante teoría y herramientas para aprender mucho de él. Los avances que puedan realizarse aquí, proveerán a los interesados de herramientas y competencias muy valiosas.


Networking: Abrir Posibilidades parte I

19 de diciembre de 2009

Capital Social e Innovación


Les dejo este interesante artículo de la Harvard Business Review sobre cómo se relaciona el Capital Social y la Innovación.

When Social Capital Stifles Innovation

Regions where social ties are tight may be the worst places for creative operations.

Notions about innovation have undergone a sea change in the last decade. Where once we embraced the idea of the lone scientist or entrepreneur and divine inspiration, we now see networks of creative people collaborating in the myriad steps from brainstorm to finished product. This new understanding has aligned perfectly with the emerging concept of social capital, the idea that strong social networks—tight communities bound by shared norms, trust, and reciprocity—enhance cooperation and productivity. When people belong to communities with high levels of social capital, the theory goes, they’re far more willing to work together and take chances on risky ideas. It followed that high social capital would fuel innovation.

Our studies of regional innovation and economic development, however, show just the opposite. In independent ongoing research projects, we looked at hundreds of metropolitan areas in the United States, comparing levels of social capital and levels of innovation (as measured by technological intensity and number of patents filed). We found that areas with low levels of innovation—such as Bismarck, North Dakota; Birmingham, Alabama; and Cleveland—scored high on social capital. Conversely, areas that did well on innovation—Seattle; Boulder, Colorado; and the San Francisco Bay area—tended to have below-average levels of social capital.

Why? Research has shown that weighing against the benefits that strong ties create is another dynamic. Relationships can get so strong that the community becomes complacent and insulated from outside information and challenges. Strong ties can also promote the sort of conformity that undermines innovation. Weak ties, on the other hand, allow a basic level of information sharing and collaboration while permitting newcomers with different ideas to be accepted quickly into the social network. Thus, social groups with weak ties could be expected to encourage innovative thinking.

This finding has implications for where companies locate their operations. We found two seemingly unrelated indexes to be excellent predictors of a region’s level of innovative activity. The first assesses an area’s social tolerance and diversity by estimating its proportion of gay couples in the population—the so-called gay index. The second, the bohemian index, measures cultural activity by determining the proportion of artists such as musicians, designers, writers, actors, photographers, and dancers in the labor force. Regions that rank high on the gay and bohemian indexes are likely to have the weaker social ties that promote innovation. Of the 206 regions we measured, San Francisco, Seattle, and Washington DC rank in the top ten on the bohemian and gay indexes, as well as on one of our key measures of innovative activity.

Increasingly, creative people are choosing not to live in places with high social capital. Instead, they’re flowing to environments with low social capital, cities and college towns where they can fit in quickly but still find their ideas challenged by other people, whether in business or the arts. These findings have implications for nurturing innovation within companies as well. Companies that foster diversity and openness internally—even at the cost of some cohesiveness—may do better in attracting talented, creative employees and encouraging innovative collaboration.


Ver artículo en su contexto:

http://hbr.org/2002/08/when-social-capital-stifles-innovation/ar/1

6 de diciembre de 2009

Networking: Abrir Posibilidades parte I


¿Qué es lo que diferencia a los líderes exitosos de los que no lo son tanto?
Su networking, esto es, la creación de un grupo de personas que le provean de apoyo, feedback y los recursos que necesita para que las cosas se realicen. Muchas personas, sin embargo, evitan este tipo de prácticas por considerarlas de alguna forma como manipuladoras o interesadas, o simplemente porque dicen no tener tiempo para ellas.
Lo cierto es que ante la sobreabundancia de información, la creciente complejización de los procesos y la encarnizada competencia del mercado, el mundo del management ha respondido enfatizando la importancia del trabajo en equipo y la capacidad de establecer redes de contacto o networking. La noción de “conocimiento distribuido” asume que la información está en todos lados y que la única forma que existe de mantenerse actualizado, es a través de una red de información construida en base al aporte de personas con intereses comunes.

¿Qué entendemos como networking?
Es el conjunto de relaciones enfocadas a conseguir objetivos y desarrollarse personal y profesionalmente. Puede incluir actividades como enviar un mail, hablar por teléfono, jugar golf o tomar un café con alguien.
Pensemos en el ejemplo de un importante ejecutivo que quisiera mantenerse sumamente actualizado en relación a sus campos de interés. Sería una ingenua utopía pensar en que sería capaz de buscar y procesar toda la información que necesita conocer para lograrlo. Lo cierto, es que sólo podrá conseguir esto en la medida en que cuente con una red de personas que le sugiere, comenta, “linkea” o critica un artículo, un blog, un documental o un libro. En cualquier caso, esta red podría ser cualquier tipo de comunidad, grupo de investigadores, círculo de calidad (en las organizaciones) o aficionados, que estén conectados y puedan generar un flujo de información.