30 de agosto de 2009

¿Quién explicará la explicación? II



Intentar pensar el mundo con nuevas categorías implica un desafío importante, puesto que la mente debe inventar dichas categorías y remover otras que han sido grabadas con fuego en nosotros. Además, lo estados mentales ofrecen gran resistencia al cambio y tienden a su autopreservación. Veamos lo anterior con un ejemplo:

Hemos sido enseñados a pensar en que que toda causa tiene un efecto y que esta asociación es siempre en ese orden, es decir, primero está la causa y luego el efecto. Pero qué pasa en una situación como la siguiente, que se ha vuelto como el ejemplo prototípico para cuestionar la causalidad lineal:

Un matrimonio acude al psicólogo y la mujer empieza contando que su problema es que ella siempre llora porque su marido “toma” (alcohol) y que eso la tiene triste. El marido, por su parte, refiere que su problema es que su mujer llora todo el día y por eso él “toma”. Gráficamente esta situación estaría representada por un esquema como el de la imagen.

¿Cuál es la causa y cuál es el efecto?

Situaciones como estas sólo pueden ser entendidas a través de nuevos modelos o ideas que permiten comprender fenómenos complejos o recursivos como la causalidad circular o la cibernética. Estas nuevas formas de pensar ya suponen un cambio y una nueva mirada de los fenómenos.